Para muchos, sus actuales ocupaciones laborales les pueden parecer difíciles o incómodas, ingratas... hasta desagradables.
Sin embargo, las realizan. Un trabajo auténticamente difícil debe ser aquél, supongo, que posee características endógenas o exógenas tales que, finalmente, hacen que nadie o muy poca gente llegue a interesarse por realizarlo.
Con esta finalidad -dejar claro que trabajos son difíciles para encontrar quienes lo realicen (y permitir que otros, venidos de fuera, puedan llevarlo a cabo)-, trimestralmente se publica con carácter oficial la relación de ocupaciones de difícil cobertura.
Así, hoy aparece en el BOE el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura para el cuarto trimestre de 2008, y sépase que:
- en Teruel (y toda Castilla-La Mancha, y Castilla y León) faltan pastores.
- en Asturias, peluqueros de perros y hombres (curiosa coincidencia).
- en Mallorca, empleados de servicios funerarios.
- en Valladolid y Madrid, no hay croupiers.
- en Barcelona, gestores de solvencia y cobros (supongo que, más que no haber, no hay suficientes).
- en Valencia, incineradores.
- en Madrid, heladeros.
- en Vizcaya, bañeros (balnearios, saunas, baños turcos).
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