Hoy se celebra el “Día Europeo/Internacional de la Igualdad Salarial”, una jornada que no promueve el hecho de que todos cobremos lo mismo (me pido el sueldo –más dietas y otras prerrogativas- de algún que otro banquero), sino que no exista diferencial salarial motivado por cuestiones de género/sexo.
Es una jornada en la línea del reciente “Día de la Igualdad Salarial / Día del Bolso Rojo (en Nueva Zelanda)” comentado hace cuatro días.
La elección de la fecha es curiosa y, en general, poco conocida. Parece ser que, según diversos estudios estadísticos, en Europa una mujer tiene que trabajar hasta el 22 de febrero para percibir el mismo salario que un hombre durante un año natural. Es decir, “mientras para un hombre el año laboral finaliza el 31 de diciembre, para una mujer termina el 22 de febrero”. Es por ese motivo por el que se ha elegido esta fecha como simbólica para reivindicar la igualdad salarial entre mujeres y hombres
Así, no deja de ser una jornada pseudo-oficial, en el sentido de que el 3 de septiembre de 2008, el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre la igualdad entre mujeres y hombres en la que, en su punto 14 pide a las instituciones comunitarias y a los estados miembros que declaren el 22 de febrero como Día Internacional de la Igualdad Salarial.
Además de la determinación de “Europeo” o “Internacional” de este “Día de”, l o cierto es que este tema no está exento de cierta polémica:
a) No existe (vamos, creo yo) ninguna ley que ampare o permita que haya diferencia de sueldo por idéntica categoría basada en cuestiones de sexo/género.
b) Otra cosa es que, por razones ‘x’ (uff), no se opte por parte de las mujeres a determinados puestos/trabajos.
c) Alguien me comentaba que:
1. Si se propone reformar las pensiones y alargar la vida laboral porque las estadísticas muestran que ahora la gente vive más tiempo.
2. ¿No sería consecuente que las mujeres, con una evidente longevidad superior al hombre, tuvieran que cotizar más años?
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios, críticas, ideas, sugerencias, inquietudes.
Sin tus aportes, todos himajinamos menos.