Ya tenemos el primer título oficial de la temporada. En un partido fácil ante un rival, todo hay que decirlo, un tanto simplón (por muy bien que me caigan y mucha simpatía que tenga al Athletic), el Barça ha dado muestras de un estilo de fútbol total que ha resultado muy superior al de su contrincante.
La victoria no ha sido difícil. Y el viernes hay un nuevo título en juego. Eso sí:
a) El terreno de juego sigue sin estar bien.
b) Toda la razón al Athletic en su exposición de su página web: “la postura del público o al menos de parte de él con insultos a Gurpegi, olés y algún etc. más, cuando hasta los tontos de baba saben que los días de vino y rosas siempre, y para todos, tienen fecha de caducidad. Finalmente, ha sobrado alguna entrada destemplada por parte de nuestros jugadores, quizá porque tanto ellos como los rivales desconocen cuán fina y resbaladiza es la línea que delimita el buen juego y la falta de respeto al contrario”. Al respecto, tengo pendiente un día un post sobre la falta de señorío que hay en la afición blaugrana y algunas cosas que deberían mejorarse, urgentemente, al respecto.
c) Intentaré seguir toda la temporada un ritual iniciado hoy, vistiendo una camiseta blaugrana acabada de regalar durante todos los partidos. A ver si hay suerte.
Hola Daniel!
ResponderEliminarBuen ritual :)
Curioso lo escrito por el Athletic.
Saludos
sílvia
A Gurpegi no se le perdona que diera positivo por cocaína y que haga entradas duras (además de protestarlo absolutamente todo). En todo caso, los insultos yo no percebí que fueran excesivos.
ResponderEliminarCreo que quejarse de que la gente se lo pase bien es un poco rabioso. Ayer había muchos niños y adolescentes. Que ellos digan olé, hagan la ola o lo que sea, me parece lógico. La gente paga, y como paga, tienen derecho a hacer lo que quieran con respeto al rival. De hecho tienen más derecho que el que lo mira desde Bilbao por la TV. El éxito del Barça, por cierto, es jugar bien y bonito. Lo criticable es presentarte en el Camp Nou y que tu portero pierda tiempo deliberadamente perdiendo la eliminatoria. Eso sí es engañar a la afición propia que se ha desplazado hasta Barcelona.