Me habían contado buenas cosas de Bratislava y aunque eso no es garantía de mucho (también lo hicieron de Viena y Venecia, además de, en mi juventud, de una chica morena de ojos verdes que luego.. bueno, paro), en este caso sí son ciertas.
La ciudad es pequeña, muy tranquila y con rincones encantadores. Se trata de una ciudad amable, toda ella similar a un barrio residencial costero.
He dedicado el día a visitar el centro histórico así como la visita, al otro lado del Danubio, del Aupark, un centro comercial anexo a un magnífico parque en el que no faltan practicantes de footing y ciclismo, además de niños practicando pseudo-deportes de aventura.
La media de edad de la población es muy baja. De hecho, leí en algún sitio (y espero que Google ayude a confirmar) que Eslovaquia posee la población con la edad media más baja, más joven de toda la UE. Hay bastantes tiendas de cochecitos de bebé. Espero que no sea a causa del agua del Danubio (he bebido mucha).
Fa molts anys em va sorprendre veure la quantitat de nens petits que es veien a Noruega. De fet havia arribat a veure fins i tot cotxets triples per acomodar a tres criatures que havien nascut gairebé seguides.
ResponderEliminarPotser el que ens passa és que estem acostumats a viure en un país que hem aconseguit sense voler-ho el que la Xina va promulgar per llei: un fill, i això els qui el tenen.