Hoy, en Hungría, se celebran terminológicamente muchas cosas y que en realidad obedecen a una única causa: el recuerdo del Rey Esteban (I) de Hungría, fundador del Estado.
Así, una vez fue santificado, en esta fecha se empezó celebrando en Hungría el “Día de la Justicia”, fecha en la que los reyes posteriores a Esteban escuchaban directamente a los súbditos e impartían justicia.
Aunque la implantación de un sistema de justicia hizo que perdiera este sentido, la jornada seguía siendo celebrada por el pueblo húngaro, visitando la tumba del Rey San Estaban, por lo que la fecha continuó siendo festiva.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se abolió nominalmente este “Día de”, transformándose en el “Día de la Constitución” (comunista) y, poco después, “Día del Nuevo Pan”, en honor del fin del trabajo agrícola de verano.
En 1990, cuando ya hubo un estado plenamente democrático, se recuperó la denominación de “Día del Rey San Esteban”, declarado día festivo nacional.
Destacar que, entre otras cosas, en honor del Rey Fundador se alzó la Basílica San Esteban (Szent István-bazilika), una preciosa construcción que recomiendo visitar (de hecho, es pseudo-obligatorio) en Budapest.
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