Los calcetines son una prenda curiosa e incluso divertida aunque no sé muy bien porqué.
Si sé que con motivo de la Matagalls me compré unos que, por su precio, casi requirieron una ampliación de la hipoteca y que, al final, no impidieron que me saliesen llagas en ambos pies así como que sus respectivos dedos gordos se quedasen sin uña (una cayó hace semanas y la otra está en un tris).
Pues bien, leo en el BOE de hoy como el Gobierno Vasco ha adjudicado al Corte Inglés (por 218.833,58 euros, el mismo importe exacto que el que era base de licitación –algo ‘extraño’ ya que uno suele intentar ser competitivo los concursos-) la compra de sus calcetines, de acuerdo con unas curiosas normas técnicas y un diseño (hecho a mano) que no deja de parecer algo “primitivo” en un mundo con programas de CAD, diseño industrial, etc.
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