También es, sin embargo, un restaurante barcelonino en el que pompeufabrianos, algunos bloggeros, otros salseros, pero todos amigos (oh, ¡qué bonito!) hemos cenado esta noche departiendo sobre lo divino (de ahí la elección del local) y lo humano.
Habiéndome incorporado tarde a la cena por obligaciones profesionales, la cena discurre extremadamente amena comentando viajes, la actualidad informativa, desarrollos de negocios... Además, en el grupo reencuentro a un compañero al que no veía hace tres o cuatro años así como a una nueva miembra que pretenderemos convencer y hacerla fija a estas sesiones.
Llàstima que el contingut del sopar, i especialment el servei, no acompanyés. Per sort, la bona companyia va compensar-ho amb escreix.
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