Me alegra decir que hoy he visto un partido aburrido de Champions. El Barça enseguida ha conseguido marcar y por mucho que las crónicas hablen de un cierto equilibrio en la primera parte, en realidad no he percibido demasiado riesgo por parte del Benfica.
Luego ha habido un fútbol-control a lo largo de todo el partido, con demasiada tosquedad en el juego y una excesiva voluntad de exagerarlo todo. Así, pequeños choques eran choques fuertes, regates frustrados se convertían en cuestión de honor (y se volvía a intentar de nuevo) y había demasiada fuerza física en cada jugada.
Me he alegrado de no sufrir. E incluso de poder compatibilizar el partido con algo de trabajo. Lástima (grande) la lesión de Puyol (¡con las ganas que le había puesto para poder jugar el domingo contra el Real Madrid!) y la tonta expulsión de Busquets.
De la página del Benfica: “o favoritismo era atribuído à equipa da Catalunha”. Y es que en el 2010, Himajina ya hizo eco de estas cuestiones.
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