En este día (décimo día del mes de Muharram, primero del año según el calendario musulmán) se conmemora la jornada en la que los Koraich --la principal tribu que habitaba y gobernaba en la Meca en tiempos de Mahoma-- ayunaban, como el profeta, aunque éste no ordenó a ninguno de sus acompañantes que lo hiciera.
Por ello, tampoco es un día de celebración obligada para los fieles, sino voluntario.
En este día los musulmanes aprovechan para declarar sus riquezas a partir de una cuantía mínima de 8.000 euros y entregar a los más pobres una limosna, tercer pilar del Islam, por una cuantía equivalente al 2,5 por ciento de las posesiones que no se hayan utilizado durante los últimos doce meses.
Este último gesto está establecido por el Corán, Sunna y Hadiz , y todos los fieles islámicos están obligados a cumplir con ella.
Además, es habitual que durante la jornada los musulmanes aprovechen, como hacen los cristianos el día 1 de noviembre, para visitar a los difuntos en el cementerio y para pedir gloria y descanso en paz para sus familiares ya fallecidos.
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