Especialmente importantes me parecen las tiendas, cada vez más escasas, que dedican su espacio al vinilo, material discográfico del que soy coleccionista y firme defensor.
Metros de estanterías, vinilos ordenados en cajas, por temas, por formatos, por intérpretes… y compradores o curiosos desgañitándose en poder repasar las centenas o millares de discos en busca de nuevas incorporaciones a nuestra literal discoteca.
Barcelona, Madrid, Londres (qué decepción en el último viaje el Noviembre pasado, en el que dos de mis tiendas favoritas habían cerrado), Paris, Bruselas, Berlín son, además de atractivos destinos turísticos, ciudades en las que ya tengo unos cuantos “puntos de suministro” identificados y reiteradamente visitados.
En USA lo tienen bien organizado. En apoyo a tales tiendas, varios grupos y solistas ofrecen ediciones especiales y exclusivas, lanzamientos de sus nuevos trabajos, performances, actuaciones y memorabilia diversa.
Total… que bienvenido sea (a 33 ó 45 r.p.m.) el “National Record Store Day”.
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