Si el pasado viernes se celebraba el Día de la Aviación Civil Internacional, hoy los pilotos celebran el Día de su patrona, Nuestra Señora de Loreto, y los católicos, la Traslación de la Santa Casa de Loreto, efemérides conexas como a continuación se expone.

La historia de este "patronazgo" es harto curiosa y bonita. De entre las diversas fuentes en las que documentarse (esta, esta otra, la de aquí y una más, entre otras) voilà un extracto de un reciente artículo de un Comandante de Infantería

"En Nazaret vivió la Sagrada Familia. Allí radicaba la casita que habitó la Virgen con sus padres y que luego recibiría en dote al desposarse con José. En ella fue saludada María por el Arcángel San Gabriel y en aquel lugar santo se desarrolló la infancia de Jesús, ayudando a su padre en el noble oficio de carpintero. Posteriormente, la Casa de Nazaret fue transformada en iglesia por los apóstoles. En su ara de piedra celebró San Pedro la Sagrada Eucaristía y en ella se veneraba una imagen de Nuestra Señora, tallada por la mano del evangelista San Lucas.

En el año 70 de nuestra era Jerusalén fue arrasada por Tito, pero milagrosamente Nazaret y su “Santa Casa” supervivieron. Dos siglos mas tarde, Santa Elena hizo construir un santuario para albergar en su interior la casa de la Virgen, y ésta se mantuvo intacta hasta el Siglo XIII, en que fue destrozado el templo que la cubría, pero no así la “Santa Casa” de la Virgen, que milagrosamente se salvó –una vez más-, si bien en esta ocasión, quedaba claro, que había llegado la hora de cambiar de emplazamiento.

Y fue, que el año 1291 los sarracenos se apoderaron de Galilea, y según refiere la tradición –para narrar el prodigio hay que acudir a la tradición y sobre todo a los firmes pilares de la fe- en la noche del 9 al 10 de mayo del citado año, la “Santa Casa” de Nazaret, ante el peligro de quedar completamente reducida a escombros, se vio elevada y conducida por una legión de ángeles, que la alejó del peligro hasta depositarla blandamente en los campos dalmáticos de Raunitza. Y dícese que trasladada una comisión de nobles a Nazaret, se comprobó que allí quedaban completamente visibles los cimientos de la casa aparecida en Dalmacia, y que éstos coincidían perfectamente con el plano que llevaban de la misma.

Tres años más tarde, el 10 de diciembre de 1294, se verificó una segunda traslación, y de nuevo los ángeles viajando con su preciosa carga por encima de las aguas del Adriático, la reposaron en el lugar italiano de Recanatti, sobre un bosque de laureles propiedad de una señora llamada Lauretia. Y ya fuese del bosque de laureles o de su propietaria, tomó desde entonces el lugar el nombre de Loreto y la Virgen que habitó en la santa casita voladora, idéntica advocación.

Una tercera traslación de la “Santa Casa” (si bien, en este caso con un recorrido mucho mas corto, tan sólo un Kilómetro y medio) tuvo lugar al poco tiempo, situándola, sin salir de Recanatti, en la cima de un collado propiedad de los Condes de Antisi-Esteban. Y llegamos a la cuarta y definitiva traslación. Ocho meses más tarde, y ante la inseguridad de la zona asolada por bandoleros que hacen peligroso el peregrinaje que ya ha comenzado a acudir a la Casa Santa de la Virgen, tiene lugar su traslación definitiva al lugar que actualmente ocupa, en una colina junto al mar, bordeada por el Musove, en la región italiana de Ancona.

Con los años, la Casa de Nazaret se transformó en la actual Basílica de Nuestra Señora de Loreto o “Chiessa della Casa Santa”, rica en mármoles y bronces, proyectada y construída por Maiano y Bramante, y siendo hoy un importantísimo centro de peregrinaciones desde todas las partes del mundo cristiano. En las naves de su recinto se celebraron solemnes rogativas por el triunfo de la Armada cristiana contra el turco, por lo que luego San Pío V añadió el “Auxilium Christianorum” a la letanía lauretana. Posteriormente Sixto V creó el “Ordo et Religio Lauretanarum Pontifitiorum”, Orden Pontificia de los Caballeros de Loreto, para luchar contra el bandidaje extendido por toda la zona donde estaba enclavada la Basílica. "

No es de extrañar, pues, que con "tanto vuelo", fuera designada por el Papa Benedicto XV, el día 24 de marzo de 1920, como Patrona de los Aviadores. En España fue Alfonso XIII quien así la reconoció unos meses más tarde, por Real Orden de 7 de diciembre de 1920, con el patronicinio de la Virgen sobre el entonces Servicio de Aeronáutica Militar.

Destacar que es tanta la devoción por este colectivo por Ntra. Señora de Loreto que incluso en 1961 fue proclamada en Argentina Brigadier de sus Fuerzas Aéreas.

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