"Sé igual al promontorio donde sin cesar se quiebran las olas. Él permanece inconmovible, y a su alrededor se adormece la furia burbujeante del agua. 'Desgraciado de mí, porque me ha pasado esto.' Nada de eso, sino 'Afortunado yo, porque a pesar de pasarme esto contínuo sin pesar, ni quebrantado por el presente ni atemorizado por el porvenir.' Porque esto igual podía pasarle a cualquiera, pero no todos seguirían adelante después de esto sin pesadumbre. (...) Acuérdate además en ocasión de todo lo que te lleve a la tristeza, de echar mano de este principio: que no es esto mala suerte, sino llevarlo con clase es buena fortuna."

Marco Aurelio. Meditaciones. Libro IV.

N.B. (Nota del Bloggero): En ocasión de los reveses -valentineros o no- de la vida.

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