El pasado viernes se estrenó en la cadena cuatro el programa "21 Días", cosa que ya se había anticipado por aquí hace una semana.
Tenía entradas para el cine (un preestreno comprometido desde hacía bastante tiempo), pero preferí quedarme a ver el programa de Samantha Villar en lugar de la película (que por decoro, no indico).
Ciertamente, la mayor dificultad que entraña el formato escogido es el enfoque a dar, que algunos podrán considerar, incluso legítimamente, como demasiado superficial. Pese a que puedo entender esa postura, no la comparto. Creo que el programa cumple con lo que debe y sólo puede ser, una aproximación en primera persona a una serie de problemas complejos.
No hay duda del sacrificio personal que este programa supone/ha debido suponer para Samantha, ya que, sin perjuicio de lo que puedan mostrar o transmitir las cámaras, este formato de programa conlleva una implicación del conductor/presentador/protagonista que no todos estarían dispuestos a realizar y que es de agradecer.
Hay ganas de ver la próxima entrega.
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