Edición X (no porno, sino número 10) de la Cursa del Bombers de Barcelona. En mi caso, la primera participación y mi segunda carrera de 10 kilómetros de mi vida (la primera, la San Silvestre o Cursa dels Nassos, del pasado 31 de diciembre).

15.000 inscritos, de entre ellos, tres amigos-bloggueros más. Un cuarto no participa por incompatibilidad vital entre el horario matutino de la prueba y sus noctámbulos biorritmos.

En cualquier caso, la mañana no había empezado bien. Convencido como estaba de que la carrera empezaba a las 9 de la mañana, llego a las 8:30 al museo de zoologia, ya que media hora antes de la carrera estaba previsto encontrarnos allá. Y sin embargo, no les veo. Corro un poco. Se acercan las 9... se pone en marcha la megafonía... ¡¡ y anuncian que en una hora (a las 10) empezará la cursa !!.

La cara de tonto-pelao... no tiene precio. ¿Y mi madrugón (7 de la mañana DE DOMINGO)?¿Y el "no, no desayunemos que enseguida uno estará corriendo y..."?. Total, que falta una hora y allí estoy, con un fresquillo que hace a esas horas y que evito poniéndome a dar tantas vueltas que acabo mareado y cansado y eso que aún no he tomado la salida.

Me acerco de nuevo al Museo y no les veo. Mucha gente, muchísima. Vuelvo a la salida. No debe faltar mucho. Al tener un tiempo acreditado de menos de 53 minutos (y una pulsera roja a juego de la camiseta), me dejan entrar en el cajón correspondiente. Primera sorpresa: los subcajones (sub'48; sub'43;sub'40 y sub'37) han desaparecido. Es un totum revolutum. Segunda sorpresa: justo enfrente me encuentro con uno de los monitores de spinning del gimnasio. El mundo es pequeño. Y el hecho de que un profesional del cardio esté junto enfrente mío, un sinsentido.

En cualquier caso y como resumen: interesante carrera en la que he bajado en medio minuto la que hasta ahora era mi mejor y única marca personal (49:35 en la San Silvestre; 49:02 hoy). Estoy contento.


Destacar que había mucho personal en la organización. Buenas vallas y una más que correcta gestión del fin de carrera. Sin embargo, al acabar la carrera y de regreso a casa, a menos de 100 metros de la llegada, un corredor de cierta edad está desmayado, asistido por otros tres corredores (dos de ellos son médicos y le reaniman incluso haciendo el boca a boca) bajo la mirada de dos mossos y dos miembros de la organización. Más de seis minutos y ninguna asistencia médica. Los corredores-médicos siguen reclamando una ambulancia. Al minuto 7 u 8 (de estar yo allí) vienen dos de cruz roja en bicicleta. Me marcho enfadado. No entiendo cómo puede pasar esto.

Tras la carrera: sesión de sol y burbujitas (y triple ducha) en el gimnasio. Una siesta y a esperar hasta el partido de las nueve (sí, comprobado, esta vez sí es a las nueve) del Barça. Y durante unos días, a caminar como un pingüino.

¿Más crónicas de la cursa?: Quotidianitats y Recordant el Present.

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  1. Felicitats per la marca! Sort que és la segona cursa en la que participes. Quan en portis 10 segur que et veiem al calaix dels sub-43 ;)

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