Si no fuera suficiente desajuste el moqueo constante y las periódicas interjecciones de achís (estornudo, no una falta de 'h'), una complicación añadida del viaje a Nueva York en esta semana en concreto es el desajuste horario.

Uno ya había hecho un esfuerzo adaptativo entre los husos horarios diferenciados, pero claro, luego vienen los inventos modernos de ahorro de energía, con sus retrasos y adelantos de hora para mejor provecho (institucio-industrial) de la energía solar, y lo acabamos de liar.

Del problema da buena cuenta la noticia de portada del USA Today de hoy -claro-, "'Daylight' false alarm: So, hat time is it?". Miles de personas han llamado en estos dos últimos días a las líneas de información sólo para preguntar la hora. El motivo es que, de un tiempo a esta parte, el ajuste horario se hacía en EEUU -al igual que en Europa- el último fin de semana de Octubre.

Pero el Congreso de los EEUU decidió que este año el cambio horario se haga el primer fin de semana de Noviembre (esto es, el próximo fin de semana).

Consecuencias: Además de la dificultad añadida para coordinar los horarios Barcelona/Nueva York (¿hora local del próximo partido del Barça?), miles y miles de gadgets electrónicos, blackberrys, tickets de aparcamientos, etc. están mal configurados. No es el caos de la "Guerra de los Mundos", ni tiene las dimensiones del "Efecto 2000", pero sí es evidente un cierto desajuste horario y una cierta sensación de ridículo colectivo.

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(c) Daniel Vidal. Con la tecnología de Blogger.
 
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